Película nº 256/X Once (Una vez) 2007

 


Presenta, ficha y canta: Juan Pablo M.



6 comentarios:

  1. ¿Canto?

    No lo sabía!

    Me pongo a ensayar. Ojú...

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  2. Declamación estilo Maldonado:

    Amigo del alma, homínido y homónimo al mismo tiempo.

    En eso del cante es más un anhelo sin llegar a desiderátum que tributo sin llegar a mandato.

    ¡¡¡Oh Talía!!!, diosa del teatro, cuan esperada es tu influencia en nuestros presentadores de películas, igual nos recitan, que nos sorprenden con mil anécdotas y en ocasiones cantos angelicales.

    No los dejes al libre albedrío, pues la carne es débil y el gaznate seco.

    Acompáñales cual ángel custodio y que ni las Euménides, ni los nuevos inquisidores pongan límite a su destreza en el arte de la expresión, el disfraz y la retórica.

    Que la inspiración se la hagas llegar a través de senderos luminosos y bebidas espirituosas, que si es cierto que todos son unos benditos, no es menos cierto que son acólitos de Michaleen Oge Flynn, y en ocasiones, las más que las menos, necesitan la ayuda de dulces caldos y refrescantes zumos de cebada.

    Que desde el Shangri-la donde habitas junto a Benavente, Miguel Mihura, Víctor Ruiz Iriarte y los hermanos Quintero mandes fortaleza, para convertirlos en valientes cual Tres lanceros bengalíes.

    Diosa de la Comedia y de la risa, mis deseos más que súplicas no caigan en saco roto, pues mi consagración al capricho del arte de la cinematografía no está reñido, sino acompañado, con el hedonismo que complementa a los manjares terrenales.

    Brindaremos por otros diez años de disfrute de imágenes en movimiento, presentaciones lúdicas y coloquios en ágoras abiertas. Ese es nuestro diezmo a tan alta deidad.

    Y ahora canta, canta Juan Pablo.

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  3. ¡¡ Te he pillado: eres tú, Juan Conejo !!

    Jajaja

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  4. Aunque el día ha sido laborioso en muchos aspectos, no quiero dejar de contestar al guante lanzado, pues en el arte de los mandobles gana quien tiene la última palabra y esa no es otra que zuzón, aunque en mi diccionario escolar es zutano, y como tal te contesto.

    Mi patronímico me define no como monárquico, pues nací en tiempos de nieblas, aunque en Abril florecí, sino como solo uno individual y único (permitid la redundancia), pero igual que Galvanes mis apellidos me unen a castas por mí laureadas y en ocasiones amadas, aunque no todo miembro o miembra sean del agrado de la educación y de la diosa de la generosidad.

    No desprecio el apellido “Conejo”, pues ya en tiempo leí “La colina de Watership”, y aunque menos conocida que “Rebelión en la granja”, es toda una novela épica donde los gazapos nos muestran la aventura de la vida.

    Pero en mi árbol genealógico encuentro apellidos, además de los ya conocidos por vos, como Rivera, Moreno, Blanco, Vinagre y Borrego, nombres propios en mayúsculas y comunes en minúscula. Y que pueden llegar a definirme en cierto sentido.

    En Borrego encuentro una idea de seguir, a veces sin pensar, a causas que creía justas sin mirar las consecuencias. Y por supuesto el gusto por sus carnes, sabrosura y más sin son de Covezuelas, que en este caso se le nota además del buen gusto al paladear, cierto toque de ternura, una pizca de amor por la naturaleza, un pellizquito de cariño y cuarto y mitad de amistad. Beeeendito seas amigo Julio.

    En Vinagre, el chorrito justo para que el sabor por lo bueno quede ponderado.

    En Blanco y Moreno, es la contradicción constante, ese yin y yan que aunque no he estado en Oriente sí vislumbro a lo largo de la vida. O quizás mi pasión por el Blanco y Negro. Le preguntaré a Juani por esos dos conceptos. Námaste.

    En Rivera, con “v”, el fluir por un cauce trazado y que en pocas ocasiones se desborda, pues uno es como es, una figura, que no un figura, que se va moldeando más por las personas que me acompañan que por tendencias políticas o sociales.

    Soy Juan Carlos nieto e hijo de pescaderos, carniceros, electricista, costureras, viajantes de comercio y por supuesto marroquineros. Y cuando me rozaba las rodillas en juegos de niños la sangre que fluía era roja, sin tonos azulados. Y por mucho que me adentro en mi linaje no encuentro ningún Borbón, Austria o cosa parecida. Todo un orgullo y normalmente sin prejuicio, no puedo perder el tiempo con zangolotinos de alma (¿prejuicio?) y además para eso tengo mi psicoterapeuta, que me recomienda “ve hacia la luz, deja atrás las tinieblas”. Aunque tal como están las tarifas prefiero quedarme en penumbra, un estado de ánimo fácil de resolver con BillyWildercetamol.

    Recojo el guante y te lo devuelvo, pues tendrás frio.

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  5. El RITMO lo marcaste tú.

    La regla de las tres “B”: Buena, bonita y barata.

    Una presentación Indie. Lo demás te lo diré en persona y con una botella de buen vino por medio, sonando música de fondo y quién sabe, igual al final terminamos un poco patosos.

    Y esto no se repetirá sólo UNA VEZ, al menos ONCE veces ONCE.

    Un abrazo, campeón.

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  6. Gracias a ti, je, je.

    Y sí, mi presentación fue muy indie: de bajos supuestos y presupuestos.

    Un abrazo.

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