Desde fuera sólo escuchábamos bullicio, abrimos las puertas abatibles y entramos en el “Saloon”, todas las mesas estaban llenas de vaqueros sedientos y vociferantes, sobre sus cabezas había una enorme y densa nube de humo, el olor a caballo se mezclaba entre el del tabaco, el whisky y el linimento del tío del bigote. En una mesa al fondo un tahúr desplumaba a unos incautos. El piano sonaba al ritmo marcado por un viejo con manguitos en la camisa y un puro maloliente en la boca. La barra solo se intuía, pues estaba atestada por muchachos con vasos de whisky y jarras de cervezas. En una esquina una figura pequeña, con mirada perdida en su enésimo vaso de whisky, era Doc. El barman, aquel que nunca se había enamorado pues siempre había sido camarero, servía sin descanso y llenaba los vasos y las jarras más allá del borde. Las chicas pululaban entre las mesas sirviendo y sonriendo a cualquier comentario soez. Hasta aquí todo parecía normal en una noche de sábado después de haber cobrado la paga. Pero hoy algo diferente se respiraba en el ambiente – y no me refiero a los olores antes indicados, caballo, alcohol, sudor, tabaco, linimento y testosterona - , algo no encajaba. Había un forastero, un pistolero; alguien que nos recordaba a personajes de la mitología del Oeste como Ethan Edwars, William Munny o Tom Doniphon (El que en realidad se cargó a Liberty Balance), tenía un halo brillante a su alrededor, no podías dejar de mirarlo, algo parecido a la mirada hipnotizante de una serpiente. Parecía bajado del Olimpo de nuestros héroes/antihéroes.
Estaba preparando una especie de escenario sobre una tarima, iba a hablar, de qué hablaría aquel jinete pálido, su sola presencia sobre el entarimado fue haciendo que todos sin saber por qué, miraran y callaran. Estaba haciendo tiempo, tenía que llegar su Mary Kate. La primera palabra que pronunció fue “Fastuoso” y a partir de ahí todo fue fluyendo como un rio de aguas cristalinas, parecía un Paulo Cohelo, pero más estoico, más cercano a las doctrinas filosóficas del “sudapoyismo”. Su discurso discurrió por la grandiosidad de Monument Valley, por caminos polvorientos con diligencias destartaladas, habló de hombres apasionados y fuertes, de mujeres bellas e impetuosas y por supuesto de la verde y la nostálgica Innisfree, un paraíso soñado por todos los amantes del cine, donde cuando se bebe whisky, se bebe whisky y …punto. Incluso imitó al héroe, sus andares, su porte, su mirada y todo ello sin sombrero.
Como diría otro “Nadie es perfecto”, aunque te acercaste… al menos empeño le pusiste…otro día saldrá mejor…en fin, te lo dejaremos pasar…ya sabes que el cariño es como una venda en los ojos…solo vemos lo que queremos ver…no te preocupes seguiremos invitándote…y por supuesto no lo contaremos por ahí, esto quedará entre nosotros. Al menos viniste, que incluso eso no lo teníamos muy claro y hasta traites un papel, eso es para nota.
Gracias campeón, con peluca o sin ella, con sombrero o sin él, estamos deseando verte en otra.
JULIO, mientras algunos damos datos, TÚ transmites PASIÓN.
ResponderEliminarGracias, eres un auténtico Tom Doniphon.
Desde fuera sólo escuchábamos bullicio, abrimos las puertas abatibles y entramos en el “Saloon”, todas las mesas estaban llenas de vaqueros sedientos y vociferantes, sobre sus cabezas había una enorme y densa nube de humo, el olor a caballo se mezclaba entre el del tabaco, el whisky y el linimento del tío del bigote. En una mesa al fondo un tahúr desplumaba a unos incautos. El piano sonaba al ritmo marcado por un viejo con manguitos en la camisa y un puro maloliente en la boca. La barra solo se intuía, pues estaba atestada por muchachos con vasos de whisky y jarras de cervezas. En una esquina una figura pequeña, con mirada perdida en su enésimo vaso de whisky, era Doc. El barman, aquel que nunca se había enamorado pues siempre había sido camarero, servía sin descanso y llenaba los vasos y las jarras más allá del borde. Las chicas pululaban entre las mesas sirviendo y sonriendo a cualquier comentario soez. Hasta aquí todo parecía normal en una noche de sábado después de haber cobrado la paga. Pero hoy algo diferente se respiraba en el ambiente – y no me refiero a los olores antes indicados, caballo, alcohol, sudor, tabaco, linimento y testosterona - , algo no encajaba. Había un forastero, un pistolero; alguien que nos recordaba a personajes de la mitología del Oeste como Ethan Edwars, William Munny o Tom Doniphon (El que en realidad se cargó a Liberty Balance), tenía un halo brillante a su alrededor, no podías dejar de mirarlo, algo parecido a la mirada hipnotizante de una serpiente. Parecía bajado del Olimpo de nuestros héroes/antihéroes.
ResponderEliminarEstaba preparando una especie de escenario sobre una tarima, iba a hablar, de qué hablaría aquel jinete pálido, su sola presencia sobre el entarimado fue haciendo que todos sin saber por qué, miraran y callaran. Estaba haciendo tiempo, tenía que llegar su Mary Kate. La primera palabra que pronunció fue “Fastuoso” y a partir de ahí todo fue fluyendo como un rio de aguas cristalinas, parecía un Paulo Cohelo, pero más estoico, más cercano a las doctrinas filosóficas del “sudapoyismo”. Su discurso discurrió por la grandiosidad de Monument Valley, por caminos polvorientos con diligencias destartaladas, habló de hombres apasionados y fuertes, de mujeres bellas e impetuosas y por supuesto de la verde y la nostálgica Innisfree, un paraíso soñado por todos los amantes del cine, donde cuando se bebe whisky, se bebe whisky y …punto. Incluso imitó al héroe, sus andares, su porte, su mirada y todo ello sin sombrero.
Como diría otro “Nadie es perfecto”, aunque te acercaste… al menos empeño le pusiste…otro día saldrá mejor…en fin, te lo dejaremos pasar…ya sabes que el cariño es como una venda en los ojos…solo vemos lo que queremos ver…no te preocupes seguiremos invitándote…y por supuesto no lo contaremos por ahí, esto quedará entre nosotros. Al menos viniste, que incluso eso no lo teníamos muy claro y hasta traites un papel, eso es para nota.
Gracias campeón, con peluca o sin ella, con sombrero o sin él, estamos deseando verte en otra.
Por supuesto estamos hablando de…