Amigo Giacomo, al final de la primera temporada cineandariega, escribiste una divertida crónica de los orígenes de nuestro cineclub en 2011, y nos reímos recreando uno de sus momentos germinales, aquel en el que un chiste de Julio en la parroquia acabó siendo “providencial” -en lugar tan apropiado- para que irremediablemente el cineclub tuviese que ser fecundado “sin el amparo de la Iglesia”. Pero aún fue más esencial que tú fueses Jefe de Estudios de Adultos, y en un año en el que ya las noches de los viernes quedaban libres de clases... dos aspectos ambos sin los que hubiera sido imposible que naciera este rollizo cineclub en cuyo parto fuiste tocólogo y matrón. Todavía hoy nos seguimos riendo al recordar aquellas citas cine-birreras, ya fuese en junio, septiembre, u octubre... en los que Antonio, Pepe Luis, Julio, tú y yo, nos reuníamos con el propósito de crear un cineclub, pero en cuyos encuentros –como tú escribiste con humor felliniano- nada concreto concluíamos… más allá de reconocer que “la compañía era muy grata y que la cerveza estaba francamente buena”. Aquella repetida quietud tabernera, al estilo de un tranquilo Innesfree sin bodas ni peleas, hubiera podido perpetuarse... de no ser por aquel detonante, fruto de tu voluntad, que por fin hizo prender la humedecida mecha (cervecera): plantarte con tu ordenador portátil en el bar para elaborar el primer cartel. Gracias, Giacomo, pues si tú no nos hubieras “obligado” a dar el primer paso… posiblemente estaríamos comenzado este nuevo reinado de los borbones sin haber tenido aún las suficientes… cogorzas… como para echarnos a cineandar… y la única asociación que hubiésemos creado se llamaría “Cerveceando en Ubrique”.
En mayo de 2013 José Luis Gutiérrez escribió una nota para los amigos de Cineando en Ubrique, titulada “Pensando en voz alta después de dos años”. En ella nos hablaba de la experiencia inicial de esta aventura con emoción y gratitud; y terminaba con una frase de la película Casablanca, “Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”. Frase que, nada más leerla, inspiró a Juan Carlos –que esta es otra historia- la decisión de ponerla en la cabecera de nuestro blog.
Pero esos presentimientos sobre el comienzo de nuevas y hermosas amistades no quedaron en simples palabras escritas, sin más, ni mucho menos: esas palabras han tomado vida y se han convertido en una realidad. Una realidad compartida por todos y en la que nuestro amico ítalo-castellano ha sido desde artífice principal. Siempre recordaremos no una giornata particolare, sino muchos días especiales. Y con toda seguridad esos momentos se grabarán como los recuerdos de Amarcord... aún mejor acompañados de fondo por la música de tu genial paisano Nino Rota.
Giacomo, hemos viajado juntos en el vaporetto por la laguna de Venecia mientras sonaba el Adagietto de Mahler; hemos bajado por aguas torrenciales junto a Humphrey y Kathe; hemos pisado las calles de Nueva York en la época de la ley seca; hemos cantado bajo la lluvia; o nos hemos tomado un coctel de champagne en el café de Rick. Y siempre hemos reído intentando buscar el sentido de la vida. En definitiva, hemos compartido muchas secuencias memorables.
El mundo del cine está lleno de estupendas frases que constantemente recordamos, pero hay algunas que destacan sobre otras, y que a veces nos sirven para describir situaciones especiales o para definir a un grupo. Pero el tiempo pasará y aquí emprenderemos nuevas aventuras...
Remontaremos un nuevo río en busca de Kurtz y su adoración por lo abominable, pasearemos por Sunset Boulevard y las calles de Manhattan, intentaremos descubrir el significado de Rosebud, nos contarán que han visto Rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhaüser, y es posible que tengamos que volver a tomar un Martini seco, muy seco, junto a la temperamental Margo Channing. Y algún día, cuando nos volvamos a ver, te preguntaremos: “Giacomo, ¿Qué has hecho todos estos años?”, y tú posiblemente nos responderás: “Acostarme pronto”. Y sonreiremos, y en nuestras cabezas quizás suene algún acorde de Morricone, o ¿por qué no? Amapola, lindísima amapola... pues Noodles, al igual que muchos otros, ya pertenecerán a nuestro universo de sueños compartido...
En el principio de los tiempos de Cineando había que elegir cuál iba a ser esa primera película que reflejara la personalidad de los componentes del grupo. ¡Qué buena elección! ¡Primera Plana, de Billy Wilder! Con ella, tú y los demás pioneros trazasteis una senda, un estilo, que permitiría definiros como un grupo de gente normal con un espíritu fuera de lo normal. Porque la lista de películas que se han ido proyectando durante estos tres años da muchas pistas sobre las personas que las hemos elegido. Y contemplando las películas proyectadas podemos decir con seguridad que no están todas las que son, pero sin lugar a dudas, sí son todas las que están. Aunque... no debemos caer en la complacencia, sino intentar ir superándonos, con cada ciclo, con cada película... y como cantaba Frank Sinatra, pensar y creer que “Lo mejor está aún por llegar”.
También hemos sabido transmitir la pasión por el cine; y además, como si fuésemos doctores en psiquiatría, nos hemos ido recetando buenas dosis de humor, de buen rollo, que podríamos resumir en una frase: “Menos Prozac y más Billy Wilder”. Amigos, como buenos pacientes, no ingleses, sino visceralmente españoles, seremos obedientes y acudiremos cada viernes a recibir tan estupenda medicina. Porque el humor, el buen humor –como admitiría nuestro doctor- como sistema inmunológico es... de lo mejor.
Para ser generosos tendríamos que dedicar un párrafo a todos y cada uno de los cada vez más numerosos miembros del grupo. Pero no podemos alargarnos demasiado y yo, he de confesar, que a estas horas de la noche se suele apoderar de mí el espíritu de Michaleen Oge Flynn… Sí, y uno de los más destacados síntomas que esta posesión trae consigo es el de sequedad en la garganta. Así que dejaremos el resto de las dedicatorias para otro momento y nos centraremos en ti, Giacomo. Pero eso sí, deseamos que todos y cada uno de nosotros pertenezcamos ya a ese reparto de indispensables secundarios de la película de tu vida.
Amigo Giacomo cada viernes nos sentiremos un poco huérfanos, te echaremos de menos, pero como dice un párrafo algo cursi -no se me ocurre otro en este momento- la distancia no causa el olvido.
Y tras muchos buenos ratos placenteros de cine, levantaremos nuestras jarras, brindaremos por los amigos ausentes e incluso, los más lanzados, quizás se atrevan a cantar aquello del final de la película ¡Qué bello es vivir!:
¿Deberían olvidarse las viejas amistades y nunca recordarse? ¿Deberían olvidarse las viejas amistades y los viejos tiempos?
Por los viejos tiempos, amigo mío, por los viejos tiempos: tomaremos una copa de cordialidad por los viejos tiempos.
Y he aquí una mano, mi fiel amigo, y danos una de tus manos, y ¡echemos un cordial trago de cerveza por los viejos tiempos!
Mientras, los demás, los hombres tranquilos, dejando vagar nuestra imaginación, evocaremos las verdes colinas de Innisfree. Amigo, no descartes estas tierras como tu Arcadia soñada. Te deseamos en tu nueva andadura un reparto de Óscar junto a tu Ana y a tu Gabriele... Y ahora… Ve, Giacomo, ve con ellos.
Tus amigos y compañeros, en Ubrique, el día 27 de junio de 2014
Amarcord. Fellini.
ResponderEliminarUna exposición mágica del maestro italiano, e incluso de recuerdos que nunca existieron.
Pues nosotros también vamos a RECORDAR. A continuación expongo el escrito que como homenaje a Giacomo redactamos el día de su marcha.
ARRIVEDERCI GIACOMO
ResponderEliminar- Giacomo, permesso?
- Avanti!
Amigo Giacomo, al final de la primera temporada cineandariega, escribiste una divertida crónica de los orígenes de nuestro cineclub en 2011, y nos reímos recreando uno de sus momentos germinales, aquel en el que un chiste de Julio en la parroquia acabó siendo “providencial” -en lugar tan apropiado- para que irremediablemente el cineclub tuviese que ser fecundado “sin el amparo de la Iglesia”. Pero aún fue más esencial que tú fueses Jefe de Estudios de Adultos, y en un año en el que ya las noches de los viernes quedaban libres de clases... dos aspectos ambos sin los que hubiera sido imposible que naciera este rollizo cineclub en cuyo parto fuiste tocólogo y matrón. Todavía hoy nos seguimos riendo al recordar aquellas citas cine-birreras, ya fuese en junio, septiembre, u octubre... en los que Antonio, Pepe Luis, Julio, tú y yo, nos reuníamos con el propósito de crear un cineclub, pero en cuyos encuentros –como tú escribiste con humor felliniano- nada concreto concluíamos… más allá de reconocer que “la compañía era muy grata y que la cerveza estaba francamente buena”. Aquella repetida quietud tabernera, al estilo de un tranquilo Innesfree sin bodas ni peleas, hubiera podido perpetuarse... de no ser por aquel detonante, fruto de tu voluntad, que por fin hizo prender la humedecida mecha (cervecera): plantarte con tu ordenador portátil en el bar para elaborar el primer cartel. Gracias, Giacomo, pues si tú no nos hubieras “obligado” a dar el primer paso… posiblemente estaríamos comenzado este nuevo reinado de los borbones sin haber tenido aún las suficientes… cogorzas… como para echarnos a cineandar… y la única asociación que hubiésemos creado se llamaría “Cerveceando en Ubrique”.
En mayo de 2013 José Luis Gutiérrez escribió una nota para los amigos de Cineando en Ubrique, titulada “Pensando en voz alta después de dos años”. En ella nos hablaba de la experiencia inicial de esta aventura con emoción y gratitud; y terminaba con una frase de la película Casablanca, “Presiento que este es el comienzo de una hermosa amistad”. Frase que, nada más leerla, inspiró a Juan Carlos –que esta es otra historia- la decisión de ponerla en la cabecera de nuestro blog.
Juan Pablo
Pero esos presentimientos sobre el comienzo de nuevas y hermosas amistades no quedaron en simples palabras escritas, sin más, ni mucho menos: esas palabras han tomado vida y se han convertido en una realidad. Una realidad compartida por todos y en la que nuestro amico ítalo-castellano ha sido desde artífice principal.
ResponderEliminarSiempre recordaremos no una giornata particolare, sino muchos días especiales. Y con toda seguridad esos momentos se grabarán como los recuerdos de Amarcord... aún mejor acompañados de fondo por la música de tu genial paisano Nino Rota.
Giacomo, hemos viajado juntos en el vaporetto por la laguna de Venecia mientras sonaba el Adagietto de Mahler; hemos bajado por aguas torrenciales junto a Humphrey y Kathe; hemos pisado las calles de Nueva York en la época de la ley seca; hemos cantado bajo la lluvia; o nos hemos tomado un coctel de champagne en el café de Rick. Y siempre hemos reído intentando buscar el sentido de la vida. En definitiva, hemos compartido muchas secuencias memorables.
El mundo del cine está lleno de estupendas frases que constantemente recordamos, pero hay algunas que destacan sobre otras, y que a veces nos sirven para describir situaciones especiales o para definir a un grupo. Pero el tiempo pasará y aquí emprenderemos nuevas aventuras...
Remontaremos un nuevo río en busca de Kurtz y su adoración por lo abominable, pasearemos por Sunset Boulevard y las calles de Manhattan, intentaremos descubrir el significado de Rosebud, nos contarán que han visto Rayos C brillar en la oscuridad cerca de la puerta de Tannhaüser, y es posible que tengamos que volver a tomar un Martini seco, muy seco, junto a la temperamental Margo Channing.
Y algún día, cuando nos volvamos a ver, te preguntaremos: “Giacomo, ¿Qué has hecho todos estos años?”, y tú posiblemente nos responderás: “Acostarme pronto”. Y sonreiremos, y en nuestras cabezas quizás suene algún acorde de Morricone, o ¿por qué no? Amapola, lindísima amapola... pues Noodles, al igual que muchos otros, ya pertenecerán a nuestro universo de sueños compartido...
En el principio de los tiempos de Cineando había que elegir cuál iba a ser esa primera película que reflejara la personalidad de los componentes del grupo. ¡Qué buena elección! ¡Primera Plana, de Billy Wilder! Con ella, tú y los demás pioneros trazasteis una senda, un estilo, que permitiría definiros como un grupo de gente normal con un espíritu fuera de lo normal. Porque la lista de películas que se han ido proyectando durante estos tres años da muchas pistas sobre las personas que las hemos elegido. Y contemplando las películas proyectadas podemos decir con seguridad que no están todas las que son, pero sin lugar a dudas, sí son todas las que están.
Aunque... no debemos caer en la complacencia, sino intentar ir superándonos, con cada ciclo, con cada película... y como cantaba Frank Sinatra, pensar y creer que “Lo mejor está aún por llegar”.
También hemos sabido transmitir la pasión por el cine; y además, como si fuésemos doctores en psiquiatría, nos hemos ido recetando buenas dosis de humor, de buen rollo, que podríamos resumir en una frase: “Menos Prozac y más Billy Wilder”. Amigos, como buenos pacientes, no ingleses, sino visceralmente españoles, seremos obedientes y acudiremos cada viernes a recibir tan estupenda medicina. Porque el humor, el buen humor –como admitiría nuestro doctor- como sistema inmunológico es... de lo mejor.
Para ser generosos tendríamos que dedicar un párrafo a todos y cada uno de los cada vez más numerosos miembros del grupo. Pero no podemos alargarnos demasiado y yo, he de confesar, que a estas horas de la noche se suele apoderar de mí el espíritu de Michaleen Oge Flynn… Sí, y uno de los más destacados síntomas que esta posesión trae consigo es el de sequedad en la garganta. Así que dejaremos el resto de las dedicatorias para otro momento y nos centraremos en ti, Giacomo. Pero eso sí, deseamos que todos y cada uno de nosotros pertenezcamos ya a ese reparto de indispensables secundarios de la película de tu vida.
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ResponderEliminarAmigo Giacomo cada viernes nos sentiremos un poco huérfanos, te echaremos de menos, pero como dice un párrafo algo cursi -no se me ocurre otro en este momento- la distancia no causa el olvido.
Y tras muchos buenos ratos placenteros de cine, levantaremos nuestras jarras, brindaremos por los amigos ausentes e incluso, los más lanzados, quizás se atrevan a cantar aquello del final de la película ¡Qué bello es vivir!:
¿Deberían olvidarse las viejas amistades
y nunca recordarse?
¿Deberían olvidarse las viejas amistades
y los viejos tiempos?
Por los viejos tiempos, amigo mío,
por los viejos tiempos:
tomaremos una copa de cordialidad
por los viejos tiempos.
Y he aquí una mano, mi fiel amigo,
y danos una de tus manos,
y ¡echemos un cordial trago de cerveza
por los viejos tiempos!
Mientras, los demás, los hombres tranquilos, dejando vagar nuestra imaginación, evocaremos las verdes colinas de Innisfree.
Amigo, no descartes estas tierras como tu Arcadia soñada.
Te deseamos en tu nueva andadura un reparto de Óscar junto a tu Ana y a tu Gabriele...
Y ahora… Ve, Giacomo, ve con ellos.
Tus amigos y compañeros, en Ubrique, el día 27 de junio de 2014
Juan Carlos.