Muchas gracias, Juan Carlos. Muy reveladora la anécdota de los minutos finales sobre el rodaje en el casino, en Salamanca, con esos extras auténticos (señores de la burguesía de la ciudad): el técnico les pide "no miren a cámara", y Basilio, como joven director trasgresor, le contradice "que sí miren a cámara o que miren a donde quieran"... consiguiendo unos planos estupendos y originales. Al igual que con el travelling chapucero del principio.
También ha sido algo chapucero el responsable de ciertos títulos del vídeo, pues en vez de Nueve cartas A Berta, ha puesto Nueve cartas "DE" Berta...
Todo esto me viene muy bien para la ficha de la película, pues creo haber captado bien el reiterado mensaje de Martín Patino: el Cine como expresión espontánea y libre de las experiencias interiores acumuladas. Frente al formalismo académico defiende la improvisación y la creatividad personal independiente; pero una improvisación que no es "azarosa", sino que en el fondo es algo "necesario", el resultado inevitable de lo que el creador lleva dentro...
Y por eso mismo no hay que constreñir esa libertad dentro de unos usos establecidos (así se construye una secuencia, así se organiza un montaje...), pues estos llevan al cansancio que provoca gran parte del cine actual, el cansancio que provoca el mismo formalismo cinematográfico de siempre, del mismo lenguaje establecido.
Mañana sale algo más, lo acercaré en el tiempo (00.30). Basilio formó parte de nuestra pequeña-gran “Nouvelle Vague”. Berlanga tuvo un verdugo irreal pero maravilloso, Basilio también nos ofreció algunos quedísimos verdugos.
Te acuerdas de aquello de “…hemos aprendido que se puede soñar despierto, que lo increíble está delante de los ojos y lo imposible a la vuelta de la esquina”. Pues eso me ocurre constantemente, cada vez que profundizamos en algún director, personaje o película de Cineando. El amigo Jesús me lo comentó en “Metrópolis” y me lo corroboró” en “Atraco Perfecto”, -“Quiero conocer-ver más de esto”.
Muchas gracias, Juan Carlos. Muy reveladora la anécdota de los minutos finales sobre el rodaje en el casino, en Salamanca, con esos extras auténticos (señores de la burguesía de la ciudad): el técnico les pide "no miren a cámara", y Basilio, como joven director trasgresor, le contradice "que sí miren a cámara o que miren a donde quieran"... consiguiendo unos planos estupendos y originales. Al igual que con el travelling chapucero del principio.
ResponderEliminarTambién ha sido algo chapucero el responsable de ciertos títulos del vídeo, pues en vez de Nueve cartas A Berta, ha puesto Nueve cartas "DE" Berta...
Todo esto me viene muy bien para la ficha de la película, pues creo haber captado bien el reiterado mensaje de Martín Patino: el Cine como expresión espontánea y libre de las experiencias interiores acumuladas. Frente al formalismo académico defiende la improvisación y la creatividad personal independiente; pero una improvisación que no es "azarosa", sino que en el fondo es algo "necesario", el resultado inevitable de lo que el creador lleva dentro...
Y por eso mismo no hay que constreñir esa libertad dentro de unos usos establecidos (así se construye una secuencia, así se organiza un montaje...), pues estos llevan al cansancio que provoca gran parte del cine actual, el cansancio que provoca el mismo formalismo cinematográfico de siempre, del mismo lenguaje establecido.
Mañana sale algo más, lo acercaré en el tiempo (00.30). Basilio formó parte de nuestra pequeña-gran “Nouvelle Vague”. Berlanga tuvo un verdugo irreal pero maravilloso, Basilio también nos ofreció algunos quedísimos verdugos.
EliminarTe acuerdas de aquello de “…hemos aprendido que se puede soñar despierto, que lo increíble está delante de los ojos y lo imposible a la vuelta de la esquina”. Pues eso me ocurre constantemente, cada vez que profundizamos en algún director, personaje o película de Cineando. El amigo Jesús me lo comentó en “Metrópolis” y me lo corroboró” en “Atraco Perfecto”, -“Quiero conocer-ver más de esto”.