El cine en10 géneros. Crimen

2 comentarios:

  1. ¡Ahhh, gracias! ¡Que chulos los micro-documentales de TCM! Y que frase más estupenda de Bogart en El sueño eterno: "¿No le gustan mis modales? A mí tampoco me gustan, me hacen llorar en las noches de invierno..." Ja, ja ¡que bueno! Y también podrían haber puesto esa de "General, vigile a su hija, a intentado sentarse en mis rodillas... mientras estaba de pie"... ¡Genial! No sé si el mérito fue de los guionistas (a los que se les hizo la picha un lío) o de la novela de Raymond Chandler.

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  2. La esencia de la literatura de Raymond Chandler y de Dashiell Hammett está en todos los guiones de las adaptaciones de sus novelas al cine, como no podía ser de otra forma. El cinismo y la personalidad de sus personajes, Phillip Marlowe y Sam Spade, está perfectamente reflejado en pantalla, y para mí ha sido Bogart el mejor actor que los ha representado. Al primero en “El sueño eterno” (1946) de Howard Hawks y al segundo en “El halcón maltés” (1941) de John Huston.
    En la película de Hawks me llamó la atención, la primera vez que la vi allá por los años…tanto, que el guión es de William Faulkner, y aunque es cierto que difiere de la novela y que queda un poco turbia la historia, quizás al darle un papel más relevante a Lauren Bacall, clavan al personaje y el ambiente en el que se mueve.
    La frase en la novela, al menos en mi edición (Planeta/Bruguera 1985) es así:”…Luego intentó sentarse en mis rodillas”. Pero hay infinidad de frases geniales. Y recordad que fue el guionista de “Perdición” junto a Billy Wilder.
    En la de Huston hay una frase mítica que es “está hecho con el material con que se fabrican los sueños” y la dice Sam Spade-Bogart refiriéndose a la escultura del halcón. Dicha frase es una aportación de John Huston al guión, pues no aparece en la novela de Hammett, y la recoge de “La Tempestad” de Shakespeare. Próspero, el protagonista, dice “Estamos hechos de la misma materia de los sueños y nuestra breve vida cierra su círculo con otro sueño”.
    El pasado fin de semana estuve de librerías de segunda mano. En una de ellas vendían los libros al peso, cotizaban a 3€ el kilo. Y conseguí un ejemplar de “El simple arte de matar” de Raymond Chandler, donde hace un estudio de la novela negra y aunque no es ficción lo que nos describe, sigue utilizando el tono cínico propio de sus novelas. Otro ejemplar que conseguí fue una edición de 1976 de la obra teatral de Agatha Christie “Testigo de cargo”, que tan magistralmente la adaptó Billy Wilder al cine y la pudimos disfrutar en Cineando, con una presentación, ¿cómo diría?, ¿Homérica?... dejémoslo en “Original”. Y otra joya, “Sueños de un seductor” de Woody Allen. El valor de la buena literatura no está en su precio. Y he dicho bien, no por ser novela o teatro de misterio, como diría Chandler “…deja de estar en el plano más alto del logro literario… pues no hay temas vulgares, sólo hay mentalidades vulgares”. Y al menos o al mucho somos bastantes los que no los pasamos “de miedo”.
    En el suplemento cultural de “El País”, Babelia, de este fin de semana hay un buen artículo sobre el tema (Recomendado por Juan Pablo). Así como en “El Confidencial”.
    http://cultura.elpais.com/cultura/2016/01/27/babelia/1453917653_876731.html
    http://blogs.elconfidencial.com/cultura/mala-fama/2016-02-02/la-novela-negra-nos-enterrara-a-todos_1144813/

    Lo dicho, el cine está hecho con el material con que se fabrican los sueños.

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